Guacamaya: el grupo de hackers que robó documentos de Sedena
Logró vulnerar a la Sedena, la dependencia más importante durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador
El jueves por la noche se conoció por primera vez que el grupo de hackers “Guacamaya” que ha filtrado información en Chile, Colombia y El Salvador durante los últimos días también atacó y logró vulnerar a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la dependencia más importante durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este viernes, el propio mandatario confirmó que la información dada a conocer por Latinus era verídica y que, en efecto, más de seis terabytes de documentos confidenciales están en manos de un grupo de activistas informáticos que han atacado otras instituciones militares.
En los primeros esbozos de estos documentos se destacó el estado de salud del propio presidente López Obrador, quien además de sus problemas cardiovasculares ampliamente conocidos, también padece gota y angina inestable de alto riesgo.
También se detallaron algunas de las vulnerabilidades que tiene el Ejército en el resguardo de aduanas; sobre qué pasó en el operativo conocido como “Culiacanazo” en el que se dejó en libertad a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y sobre las aparentes diferencias que existen entre los titulares de la Sedena y la Secretaría de Marina.
¿Quiénes dicen ser “Guacamaya”?
A raíz del hackeo que se dio a conocer hacia la Sedena, el grupo conocido como “Guacamaya” tomó relevancia en México; sin embargo, medios de Chile, Colombia, Perú y El Salvador llevan varios días y meses reportando la filtración de documentos confidenciales que dan cuenta de presuntos sobornos a autoridades y relaciones entre autoridades y crimen.
Desde marzo pasado, el periodista francés Laurent Richard entrevistó a este grupo de activistas tras la publicación del proyecto “Mining Secrets”, del que formaron parte más de 20 medios alrededor del mundo y que sirvió para exponer los daños medioambientales en Guatemala causados por el grupo minero Solway.
En esa entrevista, los presuntos integrantes de “Guacamaya” o “Guacamaya Roja” se identificaron como un grupo contra el extractivismo y el neocolonialismo que han sufrido los países de América Latina y el Caribe de manos de otras potencias que han “violado derechos de las comunidades y culturas, exterminando bosques, ríos y mares para acumular lo que considera riqueza”.
A día de hoy se desconoce el país de origen de los hackers, sin embargo, por haber iniciado su movimiento en contra empresas salvadoreñas y porque el ave que les da el nombre habita en el bosque de El Estor −lugar donde una empresa del Grupo Solway extrae níquel pese a la inconformidad de los pueblos vecinos− se cree que es un grupo centroamericano.
Hasta ahora, como ocurrió con “Mining Secrets”, los ataques del grupo habían estado centrados en empresas mineras y petroleras, pero recientemente se supo del hackeo masivo del que fue víctima el Estado Mayor Conjunto de la Defensa de Chile que puso en evidencia más de 400 mil correos electrónicos sobre la ciberseguridad y el sistema de monitoreo de comunicaciones satelitales de ese país.
A partir de entonces, de acuerdo a la información alojada en la página Enlace Hacktivista −donde se encuentra el supuesto comunicado del grupo− fueron filtrados los seis terabytes de información correspondiente a la Sedena, cuatro de la Policía Nacional Civil de El Salvador, 275 gigabytes de las Fuerzas Militares de Colombia, 50 gigabytes de la Fuerza Armada de El Salvador, 35 gigabytes de las Fuerzas Armadas de Perú, así como 70 gigabytes del Ejército peruano.
¿Por qué el ataque contra las Fuerzas Armadas y policiales?
En el comunicado alojado en Enlace Hacktivista, “Guacamaya” acusa que derivado de las conquistas españolas, inglesas, portuguesas y francesas en el territorio que ellos le llaman “Abya Yala” y que comprende al continente americano, se mantiene hasta hoy en día una mentalidad neocolonialista, es decir, que pese a que no hay intervención como tal en las Américas, ésta se mantiene de facto mediante a través del capitalismo, las fronteras y la devastación del medio ambiente para dar paso a un supuesto progreso.
A raíz de ello, señalan, nacen las Fuerzas Armadas y los grupos de seguridad que sirven para controlar a las poblaciones y sus inconformidades, lo que ayuda a que los intereses privados mantengan el poder y sigan desarrollando sus actividades extractivistas a lo largo del territorio.
“Todo esto es una verdad latente y visible pero no hablada, salvo algunas regiones donde el pueblo está exigiendo un desmonte de fuerzas militares. Siglos de violencia y dictadura, siglos de que el futuro y la vida estén en las manos de genocidas psicópatas. Es por esto que Guacamaya nos filtramos en sus sistemas y hacemos pública la propia documentación de estos entes del terror, donde queda demostrado lo anteriormente expuesto”, sostienen.