¿Cuál es la historia detrás de la pistola que recibió AMLO de Cuba?
El presidente comentó que hablará con el INAH para ubicar la pistola en alguna instalación y que después se de a conocer al público
El presidente Andrés Manuel López Obrador presumió este lunes una pistola que le obsequió el Gobierno de Cuba, durante su gira por ese ese país y, que dijo, había sido mandada hacer por el presidente Francisco I. Madero, a principios del Siglo XX, como un regalo para el caudillo “Pancho” Villa.
¿Pero cuál es la historia de esta arma que lució el jefe del Ejecutivo federal?
Según el presidente López Obrador durante su visita a la Isla, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel le entregó el arma para el pueblo de México, la cual calificó el mandatario mexicano que es “una joya por su historia” que mandó a hacer el presidente Madero para entregársela a Francisco Villa.
López Obrador narró en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional que el historiador Eusebio Leal Spengle, quien falleció el 31 de julio de 2020 y quien se dedicó a rescatar monumentos históricos en Cuba, tenía esta pistola y que, uno de sus hijos, “al saber que visitábamos Cuba, habló con el presidente Díaz-Canel para decir que querían ellos donar, regresar a México esta pistola”.
El mandatario de origen tabasqueño aseguró sobre el arma, que “está llena de significados”, pues recordó que, casualmente, entre el 8 y 10 de mayo de 1911, se libró la batalla decisiva que dio la victoria en la Revolución de México al movimiento maderista sobre la Fuerzas Federales, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Ahí, fue cuando entró el presidente Madero al país, proveniente de San Antonio, Texas, Estados Unidos, gracias al apoyo de Pascual Orozco, Francisco Villa, Giussepe Garibaldi y José de la Luz Blanco.
“Esa fue la batalla más importante de la revolución maderista, porque ahí se firman, luego de ese triunfo, los acuerdos de paz y se pacta el que se iba a constituir un gobierno interino para convocar a elecciones”, recordó el presidente López Obrador.
López Obrador conmemoró que en esos acuerdos de Ciudad Juárez, se decidió que Francisco León de la Barra y Quijano fuese el presidente interino, tras la renuncia de Porfirio Díaz.
El 15 de octubre de 1911 fue el día en que miles de votantes en México tuvieron la oportunidad de volver a las urnas, luego de más de 3 décadas sin poder hacerlo.
Aseguró López Obrador que desde entonces se estableció una comunicación estrecha entre Madero y Villa y también con Pascual Orozco.
Asimismo, recordó una anécdota, en la que narró que hubo una discrepancia entre Madero con Orozco y Villa, pues estos últimos querían fusilar a un general federalista.
“Hay incluso una discrepancia porque, al triunfar el Ejército Revolucionario Maderista, tanto Orozco como Villa querían fusilar al general encargado de las operaciones federales, lo acusan de crueldad, de que a los revolucionarios los ajusticiaba” y mencionó que el presidente Madero se opuso y hubo diferencias y, Madero fue a hablar con los dos y los convenció de que no lo fusilaran, al general militar de las fuerzas federales, Juan N. Navarro.
El presidente López también recordó que luego que ganó las elecciones Madero, el 15 de octubre de 1911 hubo levantamientos en contra del movimiento maderista y se mandó a Victoriano Huerta al Norte, donde tuvo problemas con Villa. “Huerta encarcela a Villa, lo iba a fusilar, pero por la intervención de un hermano de Francisco I. Madero lo envían preso aquí, a la Ciudad de México”, trajo a la memoria el mandatario.
“Entonces, se habla de que se fugó de la cárcel, Villa; pero hay también la versión de que se pactó la fuga, porque le tenía mucho afecto el presidente Madero a Francisco Villa”, indicó.
Narró el presdiente que tras el golpe de Estado a Madero y su asesinato y el consecuente autonombramiento ocmo presidente de Victoriano Huerta, reinició con fuerza la Revolución.
“Aunque tenían diferencia los revolucionarios, Zapata por un lado, Villa por otro, Carranza por otro, pero todos buscando restablecer la legalidad, hasta que logran expulsar a Huerta”, dijo.
Finalmente, el presidente mencionó que cuando villistas y zapatistas se encontraron triunfantes en la Ciudad de México y llegaron a Palacio Nacional, Villa fue a la tumba de Madero y lloró, “porque le tenía mucho afecto a Francisco I. Madero”.
“Esa pistola es una joya, porque tiene que ver con la historia. Vamos a ver dónde le mostramos, la exhibimos, para que la gente pueda verla. Puede ser en el Museo de Historia”, resaltó el presidente.
Adelantó que va a hablar con el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto y con la Secretaría de Cultura, para dar a conocer donde se coloca el arma.