‘¿Para cuándo un hijo?’ La presión social contra mujeres ‘NoMo’ que decidieron la no maternidad
¿Y tú, quieres tener hijos? La tasa de natalidad en México está en sus niveles más bajos de los últimos 50 años. Mientras en la década de los 70, una mexicana tenía siete hijos en promedio, la cifra se desplomó a 1.9 descendientes en 2020, de acuerdo con datos del INEGI.
Ante la caída de natalidad en México (y el mundo), la psicóloga Jody Day acuñó el término “NoMo” —que significa “not mother”—, para referirse a la decisión y situación en la que se encuentran mujeres quienes decidieron no ser madres.
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“NoMo” ‘nació’ en 2011 como un término que se convirtió en un movimiento para apoyar emocionalmente a las mujeres que decidieron no ser madres o no podían serlo por distintas razones, entre ellas, problemas de fertilidad.
Para la activista Judith Romero -quien plasma la no maternidad en su exposición “Sin hijxs, 20 respuestas”-, no debería existir un concepto que defina a mujeres que decidieron no tener hijos: “No hay un nombre que nos defina”.
Las estadísticas indican que tres de cada 10 mujeres occidentales no desean ser madres. Por lo general, se trata de profesionales con un nivel educativo medio o medio alto.
‘Futuro desalentador’ y otras razones para decir no a la maternidad
Historias personales, razones culturales, sociales, económicas o circunstancias de vida son algunos de los motivos que pueden llevar a una mujer a decidir que no desea ejercer su derecho a la maternidad.
Incluso, algunas mujeres aseguran que no se imaginan el parto o el embarazo, mientras que otras describen que tener un hijo “es demasiada exigencia”, por lo que dicen estar en paz con su decisión de no ser madres.
Un ejemplo es Adriana. La mujer de 28 años asegura que tomó la decisión porque le “gusta mucho” su libertad económica y personal de poder salir a donde ella quiera.
A pesar de que este 2023, Adriana cumple tres años de casada, entre sus planes no está la maternidad: “No quiero traer un hijo a este mundo porque no sabemos si dentro de 20 años va haber agua. Pienso mucho cómo va a vivir, qué mundo existe ahorita y cuál va a existir después, ese es uno de los motivos”.
Gisela, de 33 años, también coincide con esta opinión, tras explicar que teme al futuro del mundo y cómo vivirán las próximas generaciones.
“Mi decisión de no tener hijos no es porque no me gusten los niños o porque no me quiera casar. Simplemente es por cómo veo el mundo, ahí va el tema de conciencia de saber qué mundo le estamos dejando a los hijos que vamos a tener y un futuro que vemos desalentador”, señaló.
Además, confesó que “‘en lo personal” vio en sus relaciones cercanas desesperanza cuando notó violencia intrafamiliar o matrimonios disfuncionales:
“Para mí fue decir no voy a traer a un niño a sufrir. Juntando todo eso con la estabilidad económica, que ahora es mucho más difícil, reflexioné qué les puedo ofrecer”, añade.
Presión social, la constante que viven mujeres sin hijos
¿Y para cuándo un hijo? ¡Se te están pasando los años! ¡Te vas a arrepentir de no tenerlos! Esta presión social ha marcado a las mujeres ‘NoMo’, quienes han sentido el rechazo de su familia, pareja o amigos. También, señalan, han vivido esas situaciones en consultas médicas, cuando les advierten que si su útero no da hijos, pueden sufrir tumores.
Por ello, Adriana asegura que en esta etapa de su vida es en la que “más se siente discriminada”, ya que sus compañeros de trabajo la critican por no querer reproducirse.
“En mi trabajo, platico con alguien y lo primero que me preguntan es por qué no tengo hijos (…) Hasta me han llegado a decir que voy a morir sola y enferma. Otra que me dicen muy seguido es que no es buena idea tener hijos a los 30 por la edad”, añade.
Para Adriana, las personas que tienen hijos son las que más discriminan, “son las que más me atacan”.
Gisela asegura que su propia familia la “llamaba egoísta, porque yo no quería alguien que me acompañara en mi vejez. Yo pensaba que era más egoísta traer a alguien solo para que me acompañara”.
No obstante, afirma, que estos comentarios nunca la “hicieron sentir mal”.
Maternidad, ¿elección o imposición?
Judith, a los 34 años, también decidió no tener hijos. La fotógrafa y activista tomó la determinación en medio de desilusiones, desaciertos, amores, rupturas. Dentro de esas circunstancias ella entendió su verdadero deseo.
“A los 30 fue la primera vez que me pregunté ‘¿por qué no quería ser una madre grande?’ Después, le pregunté a mi pareja. Al final me di cuenta que era mi decisión, que no era tanto decisión de él”.
Ante esto, admite que esta idea va cambiando con el tiempo y “también influye tu pareja, por lo que la decisión no es rotunda”.
Por esta razón, aconseja que las mujeres se tomen un tiempo para definir si quieren tener hijos: “Hay que tomársela con calma, tanto la maternidad elegida, como no. Es importante que sepas cuál es tu deseo porque las dos son válidas. Debemos de tener el derecho de decidir sobre nuestro cuerpo, nadie nos tiene que imponer ideas u obligar”.
Incluso, lamenta que en otras culturas “se cree que la mujer está condenada a parir, que esa es su función, que una no se puede realizar si no es a través de la maternidad”.
“Cuando decides no ser madre, tu forma de vida cambia. Te vuelves más abierta, tomas conciencia de la vida, de la ecología, del futuro”, concluye Judith, quien entrevistó a lo largo de una década a 19 mujeres que escogieron la no maternidad.
En su galería “Sin hijxs, 20 respuestas”, que fue inaugurada el pasado 3 de marzo y concluirá el próximo 30 de abril en el CENART, plasma la decisión de no ser madre a través de testimonios y rostros. Este evento fue organizado en colaboración con el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) y el Centro de Investigaciones y de Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.